DE UN SECULAR ABANDONO GENERADOR DE POBRES A LA GENERACIÓN DE ESPERANZA, IMPULSADA DESDE EL ALTRUISMO

DE UN SECULAR ABANDONO GENERADOR DE POBRES A LA GENERACIÓN DE ESPERANZA, IMPULSADA DESDE EL ALTRUISMO

Érase una vez un lugar paradisíaco, olvidado y casi inaccesible. Poblado por árboles centenarios envueltos en maleza. Un modesto y  hermoso río discurría rumoroso entre castaños y nogales, cruzado por puentes improvisados que las crecidas de cada invierno se encargaban de desmantelar.

Los paisanos de las aldeas próximas se afanaban  en sus leiras, de sol a sol como entonces se trabajaba. Durante la recolección se ayudaban unos a otros y al final de la dura jornada, solían tomar en el mismo campo, la merecida merienda que el ama de casa había preparado. Eso sí, siempre acompañada del denso tinto do ribeiro como mejor remedio para regar las secas gargantas. Pero sin faltar unas buenas copiñas de caña para curar los últimos carraspeos.

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