En este inicio de otoño de 2025, la Ruta del Donsal nos ofrece un espectáculo que trasciende la belleza paisajística: es el reflejo de dieciséis años de compromiso colectivo con la conservación ambiental. Gracias al esfuerzo sostenido de múltiples manos, la gestión responsable del territorio, la investigación y la divulgación constante, el Sendero Quintá–Río Donsal alcanza hoy un estado de plenitud que inspira respeto y admiración.

El bosque, renovado tras la última tormenta, revela su autenticidad más profunda: las hojas de roble y castaño alfombran los caminos; los muros de piedra y los paneles informativos testimonian la dedicación y el esfuerzo de quienes han trabajado por este espacio con recursos limitados; y la diversidad cromática del paisaje constituye un ejemplo de naturaleza en su máximo esplendor. El aire fresco que recorre la senda simboliza la resiliencia de un entorno que se mantiene gracias al respeto y cuidado de sus custodios.

Cada paso en el Sendero Quintá–Río Donsal representa memoria, presente y futuro. Proteger este recorrido implica salvaguardar la dignidad de la naturaleza, honrar la herencia de quienes lo levantaron con esfuerzo y compromiso, y garantizar que las generaciones venideras puedan disfrutar de este legado. El Donsal no es solo un sendero: es un símbolo de la alianza entre la humanidad y la tierra, una demostración de ética y belleza frente a los obstáculos que alguna vez amenazaron su preservación.

Poema Final (Institucionalizado)

El arco iris,
puente de luz sobre el valle,
testigo de dieciséis años de entrega y cuidado.
Cada gota refleja compromiso,
cada hoja representa una promesa.

El bosque nos recuerda:
respetemos su integridad,
conservemos su legado.

Si tras la tormenta aún surge el arco iris,
es señal de que la naturaleza confía
en nuestra responsabilidad y fidelidad.

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