El pasado 26 de septiembre, una familia de Quintá y otra de Estébanez, provincia de León, vendimiaron en ésta localidad una finca de vides, a unos 24 km. de Astorga, próxima a la Carretera Nacional 120, en un día de sol y con temperatura soportable.

Las uvas estaban maduras y la cosecha fue mejor que otros años, en la misma finca, al menos.

Reseñar que los efectos del cambio climático llegan a todas partes y todos los sectores, viñedos incluido, con los efectos de maduración adelantada de los racimos de uvas y, de otra parte, las tormentas que generan arrastre y movimiento de tierra con el efecto de enterrar racimos de cepas bajas como estas de Estébanez, en una finca con un desnivel no superior al 10%.

Otro efecto asociado al clima y baja de siembra de cereales es que las uvas en cuanto maduran, las aves comen las uvas negras (no las blancas) en muy pocos días.

Fue una jornada que nos recordaba otras de niños en Quintá, en terrenos y laderas con mayor desnivel a este de Estébanez.

El cultivo para auto consumo cada vez es más complejo, incluso para familias locales y allegados, lo que no impide valorar, conocer y reconocer el esfuerzo de cultivadores de antaño y de ahora y, singularmente la preocupación de cómo las fincas miles de hectáreas quedan sin cultivo alguno ni pastoreo, improductivas, pudiendo producir.

No se entiende tampoco la política agraria común de las U.E. ni la posición de las comunidades autónomas españolas y del gobierno central en la fomentación del desmantelamiento de viñedos, explotaciones agrarias y ganaderas en sectores y zonas con ventajas competitivas, con el efecto añadido de la despoblación rural, sobre lo que no se está haciendo nada para fomentar la pervivencia de explotaciones y cultivos y luego terminar cerrando e importando lo que no se produce aquí.

El envejecimiento y el abandono rural es palmario, en todas partes, al igual que la falta de formación para labores agrícolas, ganaderas y forestales, así como la falta de sensibilización en pro del cooperativismo agrario, ganadero, forestal y de maquinaria agrícola, como hay en Francia, país puntero en la U.E. desde hace muchas décadas.

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