LEGADO DE VIDA, DE ÉPOCA Y DE NOBLE ACCIÓN SOCIAL” QUE NOS DEJA DOÑA SERAFINA GONÁLEZ FERNANDEZ, PRESIDENTA DE HONOR DE LA SOCIEDAD CASTAÑO Y NOGAL DE QUINTÁ DE CANCELADA, QUIEN FALLECIÓ EL 12 DE SEPTIEMBRE DE 2022, A LOS 93 AÑOS.

QUE EN PAZ DESCANSE

 

A Coruña, octubre de 2022

Carta dirigida a mi amigo Antonio Álvarez González, a quien autorizo para que la pueda hacer pública, si lo consideras oportuno, para contribuir al conocimiento del LEGADO que nos deja Serafina y su generación y que de un modo brillante se recoge en tu libro “HUELLAS Y ACCIÓN DE UN ALMA RURAL”.

 

Amigo Antonio:

En mi condición de jubilado desde hace varios años, como tu bien sabes, quiero hacer constar previamente que no me mueve ningún interés económico ni de política partidista cuanto en esta carta manifiesto, pero sí cariño y reconocimiento a mi querida tierra y a una generación que me precedió, como es la de tú querida madre Serafina González Fernández, recientemente fallecida (que en paz descanse), teniendo los dos la misma procedencia en la parroquia de Freixo, A Fonsagrada (Lugo), en casas separadas por unos 300 metros de distancia y con una buena relación de vecindad y amistad de las dos familias.

Desde el año 1948, Serafina reside en Quintá de Cancelada, comarca de Cervantes, lugar donde formó una familia que consiguió sacar delante de un modo brillante, careciendo de todos los servicios.

Por mi procedencia y por mi actividad profesional de relación directa con muchos agricultores y ganaderos de Galicia durante gran parte del siglo XX y parte del XXI, quiero aportar mi testimonio, por ser conocedor del LEGADO que nos dejan personas como tu querida madre Serafina, que tu bien recoges como autor del libro “HUELLAS Y ACCIÓN DE UN ALMA RURAL”, para conocimiento y análisis de las futuras generaciones.

Un trabajo que refleja verazmente, la vida de dos generaciones, la de tu madre y de la tuya, (que también es mi generación), durante gran parte del siglo XX y parte del XXI en las Comarcas de A Fonsagrada y la de Cervantes, concretamente, en Freixo y Quntá de Cancelada, donde le tocó sufrir el aislamiento total de la civilización a Serafina y a muchas otras mujeres y hombres de las montañas de Lugo.

Quiero agradecerte de un modo expreso, que me hayas hecho partícipe de tu libro, “HUELLAS Y ACCIÓN DE UN ALMA RURAL”, ya felizmente terminado y de un modo brillante. También te doy las gracias por concederme la primicia y la confianza al remitírmelo.

Te felicito como autor, por haber conseguido recopilar tanta documentación, fotos, testimonios de todo tipo, que con gran esfuerzo personal y tu sabiduría fuiste capaz de llevar a buen fin.

Mi más profunda admiración por el buen trabajo realizado, ¡Enhorabuena!

Estoy seguro de que tu querida madre Serafina, se sentiría extraordinariamente orgullosa del resultado obtenido.

Deseo que todas las penurias vividas por la generación de Serafina en las comarcas de A Fonsagrada y Cervantes, principalmente por el olvido institucional de las Administraciones, nunca más se repita.

Las circunstancias actuales son otras, pero no deja de ser preocupante el “Vaciado de la Galicia Rural”, porque ya sólo queda una población envejecida y muy olvidada por las distintas Administraciones.

De todos es conocido que la mayoría de la población nativa en estas comarcas tuvo que emigrar, como fue tu caso y el mío, por falta de los más elementales servicios y posibilidades de futuro durante la mayor parte del siglo XX. Los políticos de las distintas administraciones, nunca se ocuparon de estas comarcas.

No se ocuparon de dotar con medios necesarios para que la juventud pudiese acceder a una formación académica en sus proximidades y sin apenas servicios.

Has logrado un meritorio trabajo, poniendo en el “mapa” principalmente Freixo y Quintá de Cancelada, para que las generaciones venideras puedan conocer parte de las penurias (falta de las cosas más necesarias para vivir) que tuvieron que padecer durante los últimos 100 años en las comarcas de A Fonsagrada y Cervantes, muchas familias y en especial Serafina.

Has retratando de un modo veraz la vida de sacrificio de tu madre Serafina González Fernández y la de otras muchas mujeres y hombres de las montañas de Lugo que padecieron y padecimos, durante 40 años con la dictadura y otros 25 en democracia durante el pasado siglo XX y sin grandes mejoras en el presente siglo XXI. Les tocó vivir durante la mayor parte del pasado siglo sin “derechos sociales” (educación, sanidad, trabajo, carreteras, traídas de agua, alumbrado eléctrico, etc. etc.), pero con todas las obligaciones de los ciudadanos de este país llamado España.

En base al tesón y gran sacrificio por parte de estas dos generaciones que yo denomino “silenciosas”, vieron el trabajo como una oportunidad de progresar, como algo que les habría a un futuro mejor y como Serafina se entregaron a ello en condiciones muy difíciles.

Les limitaron gestionar el paisaje que conservaron muchas generaciones durante siglos, con programas como el de Reserva de la Biosfera de Galicia; Zonas de Especial Protección de los valores Naturales (Red Natura 2000) y otras protecciones administrativas, que son en muchos casos meras declaraciones solemnes del bosque y de la biodiversidad, con “cero acciones”, sin que el monte lo cuide nadie.

Toda esta legislación, Europea, del Estado y de nuestra Autonomía, se llevó a cabo de “espaldas” a los intereses de los residentes en el rural gallego, produciendo expropiaciones encubiertas de derechos consuetudinarios y en algunos casos con títulos de propiedad del monte. Los agricultores y ganaderos llevan desde que los Suevos llegaron a Galicia conservando el patrimonio natural, como buenos ecologistas, pero de vez en cuando nuestros políticos visitan el paisaje tan bonito que tiene Galicia y acuerdan legislar para conservarlo (claro que hay que conservarlo), pero lo que les resulta más fácil, es prohibirlo todo, disponiendo: “…No podéis cortar un árbol, no podéis cortar las “silbas” (zarzas), no podéis sembrar aquí (…) ni plantar árboles aun no siendo especies invasoras, no se les permite hacer nada sin permiso, y cuando lo solicitan, tardan meses en contestarles, por la burocracia excesiva, (informes de todo tipo) y de distintas administraciones por tener funciones duplicadas. Todo está prohibido.

No se dan cuenta que hasta que llegaron ellos, los residentes, labradores y ganaderos sabían conservar los montes y tierras de labranza, generando riqueza y cuidaban el precioso paisaje desde tiempos inmemoriales.

El resultado práctico de la gestión de recursos medioambientales por el conjunto de administraciones públicas durante más de 100 años, han conseguido que en comarcas de la montaña de Lugo, se estén quedando sin habitantes y que en un futuro próximo se convertirán en “Reservas Paisajísticas”, generando poco valor para la sociedad y en particular para los familiares de los que conservaron durante siglos tan preciados paisajes y el valor añadido de la producción agrícola, ganadera y forestal sin ningún costo para el Estado.

Has logrado un meritorio trabajo, poniendo en el “mapa” principalmente Freixo y Quintá de Cancelada, para que las generaciones venideras puedan conocer parte de las penurias (falta de las cosas más necesarias para vivir) que tuvieron que padecer durante los últimos 100 años en las comarcas de A Fonsagrada y Cervantes, muchas familias y en especial Serafina.

Has retratando de un modo veraz la vida de sacrificio de tu madre Serafina Álvarez Fernández y la de otras muchas mujeres y hombres de las montañas de Lugo que padecieron y padecimos, durante 40 años con la dictadura y otros 25 en democracia durante el pasado siglo XX y sin grandes mejoras en el presente siglo XXI.

Les tocó vivir durante la mayor parte del pasado siglo sin “derechos sociales” (educación, sanidad, trabajo, carreteras, traídas de agua, alumbrado eléctrico, etc. etc.), pero con todas las obligaciones de los ciudadanos de este país llamado España.

En base al tesón y gran sacrificio por parte de estas dos generaciones que yo denomino “silenciosas”, vieron el trabajo como una oportunidad de progresar, como algo que les habría a un futuro mejor y como Serafina se entregaron a ello en condiciones muy difíciles.

En esta época y en estas comarcas, la gente compraba las cosas cuando podía y del nivel que se podía permitir, que no pedía prestado más que por estricta necesidad, que pagaban sus facturas con verdadero celo y ahorraban algo “por si sucedía algún imprevisto en la familia”. Gastaban en ropa y lujos lo que la prudencia les dictaba. Fueron prudentes, sensatos y muy trabajadores, como se demuestra en la vida de Serafina.

La honradez, esfuerzo y el trabajo, sabían que tenía recompensas y formaba parte del patrimonio familiar. Podían ser pobres, pero nunca dejar de ser honrados y deseosos de que sus hijos alcanzaran buena formación académica como es tu caso, que ya quisieran para sí muchos de los nacidos en las mismas épocas en las grandes urbes, con buen estatus familiar, con colegios y universidades en su entorno.

Por ello quiero felicitarte una vez más por tus logros académicos, que partiendo de los colegios unitarios de Freixo (A Fonsagrada) y Quntá de Cancelada (comarca de Cervantes) hayas conseguido la licenciatura de derecho y un desarrollo profesional como abogado brillante.

Quiero hacer una mención especial a los Maestros de Enseñanza Primaria, que hasta los años setenta del pasado siglo XX, se dedicaron a transmitir sus conocimientos en estas comarcas, careciendo prácticamente de todos los servicios.

Los locales no disponían de luz eléctrica, agua corriente, servicios sanitarios, calefacción, etc. etc. El transporte para llegar a sus destinos, lo tenían que realizar andando muchos kilómetros o en caballerías facilitadas por los padres de sus alumnos.

La infraestructura facilitada por el Ministerio de Educación, se limitaba prácticamente a un encerado y tiza. Pues los alumnos tenían que llevar sus pizarras y fabricar los “pizarrillos”.

Me uno a la mayoría de tus reivindicaciones y denuncias de las carencias de servicios esenciales para las dos comarcas (Cervantes y A Fonsagrada) durante más de 50 años, sin que las distintas “cosechas” de políticos de esta época, se dignaran atender, quedando demostrado qué, aunque la ciencia avanza la “enfermedad” persiste de un modo endémico.

La mayor parte de la clase política se volvió una casta con privilegios, una clase intocable que se protege entre sí. Todos vemos con frecuencia que en los distintos parlamentos como se tratan e insultan entre ellos, salen de pelearse y luego los vemos en cualquier evento y son verdaderos camaradas o compadres.

Pues se puede demostrar que sus objetivos, con raras excepciones, fueron los de mejorar su estatus, no la de los ciudadanos que dicen representar.

Desgraciadamente no se puede diferenciar entre las élites económicas y las políticas, todos terminan valiendo para todo. Valen para ministros o para consejeros o presidentes de bancos o de las grandes empresas de nuestro país.

De todos es sabido, que la mejor garantía de una fuerte potencialidad económica, es la existencia de una agricultura y ganadería suficientemente productivas que, a ser posible, se basten a sí mismas; esto es, que puedan atender la mayoría de las necesidades de consumo de nuestro país, y más en estos momentos de crisis global que nos está tocando vivir.

En algún sitio he leído, desconociendo el autor, que, “una sociedad que carece de pan, a menos de hallarse dispuesta a morir de hambre, ha de recurrir a la emigración”, que fue lo que sucedió en dichas comarcas durante los siglos XVIII, XIX y parte del XX que, si no carecían de pan, sí carecían de los servicios más elementales que los gobernantes deben tratar de proporcionarles, pero que nunca lo hicieron para que pudieran vivir con dignidad.

Es, por tanto, de imperiosa la necesidad del hombre, de cultivar el suelo en tanto sea posible, con los avances de la ciencia y técnicas modernas, con el apoyo que le deberían prestar nuestros gobernantes a los pocos residentes que quedan adaptados a la dureza de su paisaje de las zonas montañas de las comarcas de A Fonsagrada y Cervantes. Dada su orografía singular, demandan los servicios esenciales que nunca tuvieron, para evitar la desaparición de muchas aldeas por abandono forzado de su población, con el consiguiente perjuicio de conservación medioambiental, sin costo alguno para las arcas del Estado.

Conociendo el interés que tenía tu madre Serafina en que sus hijos acudieran a la escuela, le reconozco una gran inteligencia, pues yo también soy partidario de que hay que educar a los niños, que adquieran “cultura”, para qué de mayores, además de personas de bien, tengan un espíritu crítico en beneficio de la sociedad y para cuando sean políticos sean mejores que hasta ahora

Vengo observando desde hace años, que la creencia de gran parte de nuestra sociedad urbanita, que las actividades rurales son desarrolladas por personas que carecen de inteligencia, habilidad o constancia para otras profesiones, sin que esto se ajuste para nada a la realidad.

Son empresarios con unas inversiones muy considerables y por las circunstancias de olvido institucional, no se les reconoce el valor que generan para la sociedad de un país.

Estos empresarios, no producen por gusto de producir, sino como negocio y por ello es necesario que dispongan de infraestructuras que permitan la producción y la comercialización, para su beneficio y de la sociedad en general.

No deberíamos olvidarnos que una población moderna necesita de unos conocimientos científicos y técnicos, para un buen desarrollo de la economía rural en general, para que los ciudadanos dispongamos de unos alimentos de calidad y que nuestros políticos deberían prestar el apoyo suficiente en beneficio de todos, y no dar prioridad a poblaciones donde el censo es muy superior y mucho más rentable para su permanencia en el cargo.

La Comunidad Europea, nos está obligando a producir en ecológico (cosa que en las comarcas citadas se viene realizando desde tiempo inmemorial), sin pensar que esto tiene un sobrecosto muy importante que les impide ser competitivos con muchos productos que todos sabemos que entran en Europa sin cumplir la trazabilidad, sin garantías sanitarias y sin que nadie intente evitarlo.

Lo importante es producir alimentos para toda la población, respetando los sistemas tradicionales, pues entiendo que los políticos que nutren el Parlamento Europeo, en muchos casos no demuestran estar más enterados y tener más conocimientos que el resto de los ciudadanos, tal vez aterrizan en Europa por haber fracasado o ser de poca utilidad en sus países de procedencia y con sus directivas vienen generando unas expropiaciones encubiertas al limitar cultivos y plantaciones forestales que durante siglos los ganaderos y agricultores en Galicia, fueron los verdaderos ecologistas y lograron conservar y trasmitirnos el patrimonio medioambiental que tenemos y que ahora pretenden controlar, con medidas restrictivas, coercitivas y con lentos trámites burocráticos en que se ven perjudicados los pocos agricultores y ganaderos que todavía persisten en estas comarcas.

Hoy estuve observando un hormiguero y noté que crecía día a día, y me pregunté por qué, conclusión: todas las de hormigas trabajaban, si en nuestro país hiciésemos como las hormigas otro gallo nos cantaría…

Solamente por justicia histórica y de utilidad social para las futuras generaciones, todo cuanto en él libro tu recoges, debería servir para que sean conocidas las condiciones socioeconómicas en que la generación de hombres y mujeres como Serafina González Fernández sufrieron para su subsistencia y la de sus familias en las Comarcas de A Fonsagrada y Cervantes durante el siglo XX y se tenga en cuenta para mejoras de futuro.

Como consecuencia de la pandemia producida por el COVID-19, muchas personas están retornado de la ciudad al campo, precisamente porque la vida en la ciudad, aun estando rodeadas de gente, les parece demasiado solitaria. Por este y otros muchos motivos, aprovechando las nuevas tecnologías, es necesario y urgente que nuestros gobernantes se enteren de que hace falta un cambio en el modelo productivo y hacerlo más sostenible para recuperar y fijar población en todo el rural gallego y en especial en las comarcas de A Fonsagrada y Cervantes.

“La vida no cuenta los pasos que has dado, ni los zapatos que has usado, sino las huellas que has dejado”.

Un fuerte abrazo,

Jesús López Gómez

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