Las personas sin formación digital y tecnológica están comenzando a sufrir exclusión financiera, que ya admite el Banco de España y la U.E. y el cierre de sucursales bancarias es ya un problema en la España vacía.

Las estadísticas del INE, Banco de España y de diversos estudios y noticias de la prensa económica de esta misma semana informan y dan cuenta del cierre de 49% de la sucursales bancarias desde el inicio de la crisis de 2008 con 45.662 oficinas, quedando reducidas a 23.340 a junio de 2020.

Esta misma semana se acaba de anunciar que CaixaBank-Bankia, BBVA, Banco Santander, Sabadell y otras entidades nacionales van a cerrar otras 4.000 sucursales más, con despidos asociados de más de 24.000 empleados y empleadas, sin ningún plan alternativo para ingresos y retiradas de efectivo y trámites bancarios, unido a la digitalización de la operativa bancaria, sin ningún plan alternativo para las personas de la España vacía / del rural y con discapacidad.

En los años de bonanza económica se abrieron en España sucursales como bares y ahora las entidades cierran sin el más mínimo control del Banco Central Europeo, Banco de España, del Gobierno Central y de las Comunidades las sucursales bancarias que había en ciudades, villas y pueblos cuando todo o casi todo está domiciliado y cuando las tarjetas de débito, de crédito y Visa no son operativas en los núcleos sin cobertura de redes de datos y sin TPV para el cobro on-line.

Los gobernantes, diputados y diputadas, los Bancos Centrales, los medios de comunicación y hasta en las universidades habla, a todas horas, de emprendimiento, de los 140.000 millones que aportará a España la Unión Europea para afrontar problemas de la pandemia del covid 19, para lo que se ponen algunas condiciones y plazos para recibirlos, pero siguen siendo parciales y falta un Plan Estratégico Integrado e implementable para dinamizar la economía, impulsar y propiciar el desarrollo sostenible, la investigación, la cooperación universidad – empresa y administraciones públicas con el reto de la transformación digital, la eficiencia y la competitividad en el mercado global.

La España vacía vuelve pues, a nivel de servicios bancarios, a la época de Los Medicis y los Pittis de la Banca florentina, de los caballeros templarios de la primera banca por el año 1100-1300, de 1857 cuando se fundaron el Banco de Santander y el Banco de Bilbao y de un ejercicio de la libertad de establecimiento en la Unión Europea y de la desprotección efectiva de los ciudadanos-as rurales, de los consumidores y clientes de los servicios bancarios sin parangón de todos los ámbitos, lo que hace imposible el desarrollo y el emprendimiento que se anhela y proclama desde las tribunas de las instituciones y los medios de comunicación.

Como quiera que hay que procurar sobrevivir y superar el cúmulo de adversidades encadenadas e incompetencia de quienes tendrían que sentar las bases y pilares para la adaptación a la época digital en todo, desde esta página de Castaño y Nogal –entendemos y recomendamos- prepararse para surcar la travesía de las barreras, dificultades de todo tipo y cambios derivados del covid 19 y sus citas previas, remontándonos mentalmente a la época en la que la flota fenicia navegó –como primera- por el Mediterráneo y las grandes rutas comerciales, a la época de trueque de bienes, productos y servicios en las ferias rurales, pues el dinero efectivo y el sistema de pago electrónico con tarjeta no es actualmente ni será posible sin cobertura de la tecnología G-5 u otros medios afines que no hay ni se esperan en el rural.

Los dirigentes de la banca española, bien pagados y primados, nos llevan a una banca de cesión de una sala / cajero digital de contratación presencial en la que el propio cliente de los servicios bancarios es trabajador sin retribución del banco por cuyos servicios cobra sin prestar el servicio tradicional, con la exigencia añadida de cambiar el tenor de los contratos de forma unilateral y obligarnos a tener conocimientos de informática y operatoria bancaria como antes los empleados de plantilla si no queremos SUFRIR LA EXCLUSIÓN FINANCIERA o la alternativa de trasponernos a la época de los fenicios y los templarios, Medicis y Pittis. ¡ALERTA!

¿Dónde están los representantes políticos de la sociedad civil y los órganos reguladores y de control?

¿Cómo es que no hay una partida para formación digital de personas mayores y una transformación escalonada de los servicios bancarios tradicionales?

Antonio Alvarez González, abogado jubilado y presidente Asociación Castaño y Nogal

Los comentarios están cerrados.