El diario El País del pasado lunes publicó en su última página una información / entrevista del calvario que tuvo que afrontar Carlos Llavador como deportista para poder entrenar en Roma y en España y acudir a algunas competiciones internacionales en la modalidad de florete, espada y sable de esgrima, recién clasificado –ahora- para los Juegos Olímpicos de Tokio, sobre el que versa este comentario por ser ejemplo habitual que desacredita a los gobernantes.

La lectura íntegra de la información es una constatación más de que en el deporte y en cualquier otra esfera de la vida con plan, tesón, entrenamiento personal y administración recursos escasos disponibles y acciones complementarias vendiendo -en este caso- camisetas pudo auto financiar entrenar en el club Frascati a las afueras de Roma, cuna de la esgrima.

Carlos Llavador además de entrenar tenía competir en un mínimo de tres de las 10 competiciones anuales de esgrima que se celebran en el mundo, que también tuvo que auto financiarse todo. Ahora, tras entrenar sin límite y competir con éxito consiguió la clasificación para participar en los próximos Juegos de Tokio, con opciones de medalla, merced a su esfuerzo, estrategia y pasión en la búsqueda de la gloria deportiva en el evento deportivo más importante del mundo.

Carlos Llavador hizo de la necesidad virtud y además de entrenar y competir con pasión y éxito cursó estudios de INEF en un proceso integrado de formación y de especialización en la alta competición de esgrima, en la que España solo tuvo un medallista, que pilares en su carrera deportiva y antes de su clasificación para la olimpiada de Tokio, con éxitos en escala como la medalla de bronce en el campeonato europeo de 2015 y el bronce mundial en 2018 y finalmente la beca ADO.

Esto delata y confirma, una vez más, que España como país tenemos un serio problema para descubrir, captar y retener talento de jóvenes con capacidades para ser alguien en su rama o especialidad por culpa de los políticos y gestores burócratas que ocupan puestos sin preparación ni vocación para el desempeño en el siglo XXI, con objetivos y control de resultados, de medios y presupuestos puestos a su disposición.

Esto es motivo de enfado, de indignación, de suspenso y de reprobación al Consejo Superior de Deportes y Federación Española de Esgrima en concreto, pero tampoco es el único órgano que incurre en estrepitosos fallos y menosprecio de personas con talento y capacidad de sacrificio. Por nuestra propia experiencia personal, profesional y como impulsores y gestores de causas nobles en pro de lo común constatamos que no hay poder del estado, comunidades autónomas y administración local que se salve de hechos como el de Carlos Llavador, de lo que hay probados ejemplos de denuncia en sitios web y de FB de Castaño y Nogal.

La epidemia de la ineficiencia de los diferentes poderes y administraciones públicas quema, desincentiva iniciativas, la cultura del esfuerezo y convierte en escombro inversiones millonarias, patrimonios, empresas, universidades, escuelas y tesoros de la España vacía como la Montaña Lucense, Sierra de Os Ancares y cuenca del Río Navia, a título enunciativo, que no puede seguir permitiendo la Unión Europea, que tiene que entrar a cuchillo… con ocasión de los 140.000 millones de euros que recibirá España en los próximos años.

El calvario es lo ordinario. Las ayudas se pierden… ¡Olé por Carlos Llavador!

Antonio Álvarez González, abogado jubilado y presidente Asociación Castaño y Nogal

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