Hemeroteca del 29 diciembre, 2009

El escritor y periodista Karl Kraus consideraba que el lenguaje de cada momento histórico revela los males del mundo:

«Donde quiera que veas que la corrupción del lenguaje produce agrado, ten la seguridad de que allí también las costumbres se han apartado de la rectitud».diccionario_2

Octavio Paz y otros escritores y pensadores se han manifestado en el mismo sentido: son frecuentes los eufemismos para bautizar determinados hechos o situaciones. Nada mejor que algunos ejemplos: guerra preventiva, misión humanitaria (ingerencia en el gobierno de otro país); contabilidad creativa, ingeniería financiera (prácticas económico-contables que rozan la ilegalidad); interrupción voluntaria del embarazo (aborto); daños colaterales (muerte de civiles inocentes); exportación de mano de obra (tráfico ilegal de trabajadores); crecimiento negativo (disminución de la producción); inflación negativa (recesión); cohecho impropio (compra de voluntades);

muerte digna (eutanasia); brazo armado (organización terrorista); pronunciamiento militar (golpe de Estado); violencia de género (violencia familiar), fiesta juvenil callejera («botellón»).

El paradigma de los eufemismos es la solución final hitleriana.

En España, hoy, el eufemismo de moda es misión de estabilidad y reconstrucción en Afganistán, expresión del Sr. Rodríguez Zapatero para calificar la presencia del ejército español en Afganistán (naturalmente, la madre del último caído, califica la misión de otra forma).

¿Por qué es tan frecuente la ocultación de la realidad y del verdadero nombre de determinados hechos? Nosotros mismos debemos preguntarnos: ¿por qué nos molesta la realidad, por qué nos desazona oír la verdad?

Los eufemismos, tan frecuentes en el lenguaje de políticos y otras gentes de similar vivir, son la manifestación perversa de la forma en que hoy se desenvuelve la vida, en general, y la política, en particular; y digo perversa, porque quienes así se expresan conocen los hechos y pretenden vestirlos con un disfraz hipócrita, premeditada y conscientemente, para conseguir las adhesiones de tibios, superficiales, ignorantes o hipócritas,…, vamos, para no molestar a nadie.

Ellos mismos tienen miedo a la realidad que ocultan. Una realidad que puede desagradar a gentes despreocupadas y banales y ofender a quien la oye, cuando el objetivo político es conseguir el mayor número posible de adhesiones para llegar al poder o para mantenerse en él.

Traduzca los eufemismos sin miedo a la verdad, querido oyente: será su mejor contribución para empezar a resolver los problemas que aquéllos ocultan.

Comentarios 1 comentario »