I. ¿Quién incendia España? ¿Y Galicia?

Cada verano, la maquinaria institucional y mediática activa su ritual: buscar un culpable, hablar de detenciones, detener a un presunto autor, publicar una imagen.

Pero ¿cuántos son en realidad? ¿cuántos pagan por ello? ¿cuántas condenas hay frente al número real de incendios?

Y lo más importante: ¿cuánto se ha hecho por prevenirlos?

Este análisis, sustentado en datos oficiales de 2013 a 2024, desarma la gran falacia incendiaria: la de quienes se lavan las manos como Pilatos, atribuyendo las causas a unos pocos “malos” y ocultando la falta de prevención estructural, el abandono de cortafuegos, el caos de especies foráneas y la ausencia de planificación.

II. Superficie quemada: Galicia desproporcionadamente afectada

📊 Entre 2013 y 2024 se registraron:

Período

Nº Incendios en España

Superficie quemada en España (ha)

Superficie quemada en Galicia (ha)

2013–2024

124.107

1.201.400

89.000

🔎 Galicia supone apenas el 5,85% de la superficie de España, pero concentra el 7,4% de la superficie quemada.

Un porcentaje desproporcionado, que revela una gestión forestal fallida.

III. ¿Dónde están los incendiarios?: Detenidos y condenados

En el mismo período, los datos de detenciones y condenas desmontan el mito de que los incendios responden a una red masiva de criminales:

Indicador

Valor (España)

  • Detenidos 2013–2024

789

  • Media anual detenidos

66

  • Media anual condenados

24

  • Condenados en 2016

140

  • Condenados en 2022

99

  • Total condenados (2013–2022)

239

  • Años sin constancia de condenados

10 de 12

👉 Las condenas son excepcionales, no la norma, y los datos disponibles son escasos, opacos o inexistentes en muchos años.

IV. Causas reales silenciadas

Las tres causas estructurales de fondo, reiteradas en informes e infografías de CyN, son:

  1. Falta de cortafuegos naturales anchos (de 100 a 300 metros), sustituidos por franjas simbólicas que no detienen ningún fuego.

  2. Plantación masiva de especies foráneas (eucaliptos, pinos) sin regulación estratégica, ni limitación de cargas combustibles.

  3. Ausencia de brigadas de prevención activa durante buena parte del año y contratación estacional precaria con fines clientelares.

🧯 Ninguna de ellas depende de un “incendiario”: dependen de las Administraciones Públicas responsables.

V. Conclusión

Se incendia lo que no se cuida, no lo que se vigila.

La falta de prevención no es un fallo: es una política.

Y la criminalización sistemática sin base probatoria ni resolución de condena es una coartada que auto pretende eximir a quienes tienen el deber constitucional de proteger el territorio, la masa forestal, el paisaje, las propiedades, las vidas y la biodiversidad y no lo hacen, con el silencio cómplice de los parlamentos y otros órganos de la U.E., del Estado y de la Comunidad Autónoma de Galicia.

 VI ¿Quién decide lo que se planta y lo que se quema?

No basta pues con mirar las llamas y solicitar la intervención de la UME cuando el fuego arrasa con todo y está fuera de control días y semanas, año tras año.

Hay que mirar quién tiene las competencias legales —y las responsabilidades morales— en materia de:

  • Ordenación del territorio y del monte

  • Planificación de especies y usos forestales

  • Prevención de incendios forestales

  • Gestión del riesgo y de la biodiversidad

  • Extinción y cuidado del paisaje rural

La respuesta está clara:

Las tienen las Administraciones Públicas, no los incendiarios.

Quien decide lo que se planta, dónde y cómo, lo hace sobre la base de políticas, leyes, presupuestos y prioridades.

Y también quien decide no prevenir, tener recursos ociosos e infrautilizados, no limpiar, no planificar, está tomando decisiones, aunque las oculte tras discursos alarmistas o frases rituales, falacias que confirman la incapacidad y la cobardía para afrontar un problema muy serio.

Lo que arde hoy no es sólo vegetación seca:

es el resultado de un modelo forestal fallido, urbanocéntrico, desconectado del rural y sin planificación real.

Un modelo que repite errores durante décadas, mientras el monte se convierte en combustible y los pueblos en ceniza.

Ninguna persona decente puede seguir diciendo que esto es culpa de un “pirómano suelto” o de un “verano atípico”.

Porque el fuego no se improvisa: El fuego es la consecuencia de una ausencia continuada de cuidados.

Y si las competencias están claras… que las ejerzan o que dimitan.

Pero que no se escondan tras titulares ni estadísticas sesgadas.

Desde CyN, con datos verificados, decimos basta.

👉 Exigimos un plan forestal preventivo, cortafuegos reales, especies compatibles con el territorio y presencia de brigadas todo el año.

👉 Exigimos dejar de mentir: los datos, las condenas y la superficie quemada hablan más claro que cualquier nota de prensa.

📚 Fuentes documentales:

  • EGIF (MITECO), PLADIGA (Xunta de Galicia), Fiscalía General del Estado, CENDOJ, EFFIS–Copernicus, informes CyN y medios oficiales.

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