Correo electrónico Alicia Hernández López, de Segovia (España)   

Soy Alicia y participé como voluntaria coordinadora en el CTI del verano de 2017, organizado por la Asociación Castaño y Nogal. Soy psicóloga y orientadora educativa y antes de verano de 2017 estaba buscando una nueva experiencia de convivencia y trabajo en equipo en un contexto rural. Di con el lugar perfecto.

Antonio, su presidente, es un incansable defensor de lo local, de su pequeño pueblo Quintá de Cancelada, en el entorno de Os Ancares Lucenses, y de las cosas que hoy en día a veces pasan desapercibidas en esta vorágine de vidas a contra reloj, pero que al final del día son las que realmente importan y a uno le llenan de vida, como una buena conversación durante una interminable sobremesa, una increíble comida de Fe con productos locales de su huerto.

Un paseo por el sendero de Quintá-Río Donsal, PR-G 159, admirando los castaños centenarios y milenarios, robles, abedules, frutales y otras especies autóctonas, así como las ouriceriras, bancales y balados, junto con el run run de las pequeñas cascadas del río Donsal y del Navia que van en paralelo, a tramos, un regalo para los sentidos y una oportunidad para apreciar el pasado con historia, de una economía de supervivencia,

El trabajo en el sendero consistía en despejar las zonas en las que había crecido maleza y la hierba. Era un trabajo ambiental en plena naturaleza disfrutando de paisajes salvajes y únicos y siempre acompañada de mis compañeros voluntarios, cooperantes que venían cada día, del ingeniero y dirigentes de la asociación. Ver cómo cada día se avanzaba en la limpieza y mantenimiento del sendero, puliendo zona de tránsito y márgenes, cómo quedaba despejado para el disfrute del bosque y vegetación de sus márgenes, laderas y horizontes cercanos era muy satisfactorio.

Después del tiempo me quedo con una experiencia muy enriquecedora de convivencia y aprendizaje acerca de la vida en un área rural de Galicia, acerca de la importancia de lo cotidiano, de lo pequeñito, de lo natural y el cuidado al patrimonio que nos rodea. Las filloas, los grelos, la gaita, la zanfoña y el aprecio a una labor pro ambiental, para mostrar tesoros, entre otras riquezas y enseñanzas, son memoria viva y noble de un lugar que no quiere desaparecer y no podemos permitir que se pierda aquello que da sentido de pertenencia a las personas que habitan en él. La cultura no es un bien de lujo, es la identidad de un pueblo y aquello que hace sentirnos parte de una comunidad e historia.

Por último quiero dar las gracias a todas las personas que participaron de una manera u otra. Mis compañeros voluntarios por compartir tantos momentos y risas, a Antonio, Fe y toda la familia por todas esas comidas y tanto amor cada vez que íbamos a su casa, a los vecinos de Quintá como Rosa y otras familia de A Cortella y Buisán por ser tan acogedores y esas increíbles comidas, a todos los cooperantes como Malena, Ricardo y Pepe por esos paseos en coche y visita por la preciosa ciudad de A Coruña.

Espero volver pronto y que siempre queden en el mundo personas que buscan un hueco en sus vidas para hacer cosas bonitas como esta!

Gracias

Alicia Hernández López, sicóloga y orientadora educativa. Voluntaria coordinadora CTI 2017

 

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