Marca la diferencia de gobernar y gestionar con plan, horizontes a largo plazo, vertebración e implicación de la sociedad civil

Un nuevo recorrido y visitas por el interior de Cantabria, pueblos, villas, cuevas, grutas / yacimientos arqueológicos, museos y parques naturales, sin pisar la capital ni las playas de la comunidad, nos ha permitido actualizar y confirmar la opinión que ya teníamos de la región cántabra como líder en desarrollo sostenible, la armonía del paisaje rural y urbanístico que atrae a turistas y visitantes, en clara progresión en la etapa post covid 19.

De los recorridos por el rural montañés, lo visto, investigado y recopilado destacamos el cuidado y acciones en pro de la armonía del paisaje, el urbanismo integrador y respetuoso con el medio natural y sus tesoros arqueológicos, cavidades y yacimientos paleontológicos como El Soplao en la Sierra de Arnero, cavidad con una antigüedad que data de hace 110 millones de años, con un pasado industrial minero.

Cantabria se singulariza también por el proceso de desarrollo sostenible y rehabilitador de núcleos y comarcas impulsado por la Comunidad Autónoma en coordinación con los ayuntamientos a lo largo de muchas décadas, antes y después de la entrada de España en la Unión Europea en 1986, uso y aplicación eficiente de ayudas del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural, programa LEADER, entre otros, que han servido para fomentar el desarrollo local, la rehabilitación núcleos, mejora de infraestructuras y el paisaje.

La diversificación economía mediante la transformación de recursos y materias primas en productos locales y formación en el uso de las nuevas tecnologías impulsada por la comunidad, ayuntamientos y el asociacionismo son acciones anteriores a la epidemia del covid 19. La responsabilidad y la cooperación en pro de la dinamización y el paisaje es visible en todas las localidades visitadas y contrastadas con interlocutores con los que hablamos.

En Cantabria las laderas de las montañas son zonas de brañas y prados de secano principalmente, de pastoreo, sin incendios forestales <obviamente>. Las construcciones rurales están acabadas o rehabilitadas y limpias. Los núcleos, las cunetas de carreteras, pistas y buena parte de los ríos están también limpios, sin plásticos, ni vertederos ni escombros en sus márgenes.

Lo anterior contrasta radicalmente con lo ocurrido en Galicia y provincia de Lugo en particular en la que se apostó por la opción de favorecer y estimular la plantación de eucaliptos, permitir y tolerar construcciones sin proyecto ni control urbanístico encuadrable en leyes del suelo y de edificación, de medio ambiente, patrimonio histórico, típico y criterios de desarrollo sostenible ni paisajísticos. La anarquía y el incumplimiento de las propias normas y planes y directivas de la U.E. fueron la regla y no la excepción, al igual que el feísmo, que expresamente denunciamos y demandamos desde Castaño y Nogal, una vez más.

Cantabria pues, igual que Asturias, País Vasco, Navarra y Francia son referentes cercanos positivos, conocidos y verificables para todos los cargos y técnicos de las Consellería de la Xunta de Galicia y diputadas y diputados del Parlamento de Galicia en buenas prácticas, utilización eficiente de recursos públicos, cooperación entre administraciones, cumplimiento de normas medio ambientales, preservación del paisaje natural, patrimonio arqueológico, histórico y típico rural. Un ejemplo a seguir, al que también llegamos tarde y sin esperanza de cambio real y consolidable, a mejor.

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