Este es un ejemplo más de la ineficiencia de las Administraciones en España y en Galicia, en particular, que se preocupan de acumular papeles en expedientes en las oficinas públicas, con procedimientos obsoletos, propios de mediados del siglo XX, ignorando la  realidad física, los riesgos, problemas, obstáculos al emprendimiento que denuncian la OCDE, institutos de estadística y catedráticos en el ejercicio efectivo de las competencias atribuidas, de falta objetiva y preventiva de coordinación entre Administraciones (Estatal, Autonómica y Local), con pérdida, como en este caso, de vidas humanas, lesionados y secuelas físicas irreversibles.

En esta explosión previsible, los daños a los patrimonio esenciales de ciudadanos afectados son tremendos, parte de los cuales se anuncia restaurarían de forma supletoria, no cubiertos por asesugradoras, con cargo a presupuestos públicos (lo mínimo que se debe hacer), pero lo que se repare por esta vía se pagará con el dinero de todos, pagando así la culpa de quienes lo consintieron y toleraron.

Ojalá que la Justicia investigue y determine los culpables directos y cooperantes por omisión del deber de diligencia en el ejercicio de las competencias atribuidas a los responsables de las Administraciones, técnicos y funcionarios incluido. ¡La ineficiencia no puede salir gratis! Hay que extraer consecuencias de este grave siniestro.

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