Alemany apuesta por un pacto social para «volver a empezar» tras la crisis

Salvador Alemany aprovechó ayer la inauguración de la XXV Reunión Círculo de Economía para reclamar un cambio de actitud a partidos políticos y agentes económicos y sociales, a los que emplazó a consensuar un pacto de estabilidad que permita superar una crisis que calificó de grave. Según dijo, hay que «compartir con generosidad los protagonismos, no siempre populares, y los sacrificios necesarios para superar esta situación».

Crisis económica

Fue toda una declaración de principios en la primera sesión de unas jornadas por las que van a pasar líderes destacados del mundo político. Ayer empezaron con el ministro José Blanco, el conseller Antoni Castells y el presidente de CiU, Artur Mas, y en las que hoy intervendrán el president José Montilla, el líder popular Mariano Rajoy y el portavoz de CiU Josep Antoni Duran Lleida. Y es que el Cercle lleva meses abogando por un acuerdo, al estilo de lo que fueron en su día los pactos de la Moncloa, y lamentando que el tacticismo político «haya impedido hasta ahora una unidad para volver a empezar, con este mundo nuevo que emergerá tras la crisis».

La pregunta clave es si la crisis ha tocado ya fondo y por eso se ha escogido el lema «Hablemos de recuperación» como hilo conductor de las jornadas. Según Alemany, se ha querido dar «una visión positiva no basada en un voluntarismo estéril que persiga signos de recuperación prematuros o, como mínimo, discutibles, sino fundamentada en un realismo que reconoce en la sociedad española y catalana un potencial muy superior al de cualquier época precedente, gracias a su ingente esfuerzo de los últimos años». Por ello, prosiguió: «No compartimos algunas valoraciones de la situación española, hechas desde dentro y desde fuera de nuestro país, como si el esfuerzo de la última década se hubiera reducido a una fiesta que ya ha terminado».

Para Alemany, no hay ninguna duda de que el país es capaz de salir adelante si «abandonamos el lenguaje vacío y acertamos en las decisiones». Porque, para el presidente del Cercle, hay que abandonar «la actitud de resistir, propia de los periodos de crisis, para acercarnos a la de volver a empezar, conscientes, esto sí, de que individual y colectivamente disponemos de una mayor experiencia y, por supuesto, de un mejor bagaje colectivo del que teníamos cuando cada uno inició su propio proyecto».

El «volver a empezar» que propone el Cercle implica un cambio de modelo productivo. «Hará falta tanta imaginación y coraje para innovar como realismo y modestia para reforzarnos en el compromiso y la exigencia», declaró Alemany. Pero admitió el «efecto multiplicador» que tiene la actividad de la construcción y, por eso, reclamó al ministro Blanco un ambicioso plan de inversiones en infraestructuras. «En un momento de intensa corrección de la construcción residencial, la inversión en obra civil puede suponer un mecanismo de reequilibrio aunque sea parcial».

Respecto a los signos de recuperación no hubo unanimidad. El conseller Antoni Castells desconfió de que esos famosos «brotes verdes» sean lo suficientemente buenos para marcar un cambio de tendencia. El responsable de Economía recogió el guante lanzado por Alemany y se comprometió a llevar a cabo las reformas necesarias aunque no sea electoralista. Precisamente el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Simón Pedro Barceló, avisó del riesgo de que la «crispación política» perjudique a la economía. Para Alfredo Sáez, consejero delegado del Santander, «el final de la crisis puede no estar lejos, pero no podemos esperar una recuperación fuerte, porque continuará el proceso de desendeudamiento de empresas y familias y porque habrá que digerir la resaca de los estímulos públicos que han puesto en marcha los gobiernos».
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