«El cerezo en flor rememora el ancestral rito en el que el hombre humilde, el agricultor, exterioriza su alegría y da gracias a la madre tierra por la inminente llegada de la próxima cosecha. Cada primavera, esa expresión de júbilo se acompaña de una auténtica explosión de belleza. La alegría se palpa en la gente, se palpa en la tierra»


El pasado sábado hemos podido comprobar en persona y por primera vez (en nuestro caso) el paisaje inigualable de un millón y medio de cerezos en flor a lo largo de todo el Valle del Jerte y laderas (bancales) existentes a ambos márgenes del Rio Jerte, en la provincia de Cáceres, coincidiendo con el puente de San José, lo que se ha convertido en un atractivo turístico y medioambiental, hecho que merece ser resaltado y destacado en este blog como un claro ejemplo a imitar, por lo que tiene de singular, temporal y de desarrollo equilibrado y sostenido.

El paisaje blanco del más de millón y medio de cerezos en flor, a lo largo de casi 40 km. de la carretera Nacional 110, en el tramo que va desde la bajada del puerto de Tornavaca hasta Navaconcejo, de forma continuada, aunque se prolonga a matas hasta cerca de Plasencia, es un paisaje único, que año tras año atrae, a lo largo de casi 20 días que permanecen en flor los cerezos, a más de un millón seiscientas mil personas, de las que estimaciones prudentes unas 75.000 lo serían solo el día 20 de marzo, día de nuestra visita.

El tráfico por todo el valle, con fiesta y procesión incluido, de familias enteras, era de caravana permanente y en ambas direcciones, trayecto que hemos tardado en recorrer los 40 km. más de 1:30 horas, con varias paradas para sacar fotografías en miradores habilitados al efecto y sin serlo, nos pareció impresionante, por lo que estamos seguros que el mayor número de fotografías y película por metro cuadrado del mundo se registró, sin lugar a dudas, en el Valle del Jerte en el puente de San José.

El atractivo de ver a los cerezos en flor y el hecho de poder contemplar desde el puerto de Tornavacas y luego de cerca las laderas del mismo, en forma de bancales, como si fueran viñedos, en días soleados como el pasado fin de semana, es algo único que solo puede templarse durante un máximo de 20 días, aproximadamente, que se prevé termine sobre el cuatro de abril, visita que invitamos a realizar a los navegadores que no lo hayan hecho ya.

Al Valle del Jerte no le afecta la crisis, cuando menos a nivel de tirón turístico, que año tras año atrae a turistas que se desplazan expresamente a la zona para ver el manto blanco de los cerezos en flor, con lo que las casas de turismo rural, hoteles y paradores de Extremadura y de la provincia de Cáceres en particular hacen su agosto por estas fechas, para lo que es preciso reservar con mucha antelación, pues de lo contrario no es posible encontrar alojamiento.

Otro hecho que merece ser destacado de la visita es la paciencia de los conductores al circular en caravana por todo el valle sin escuchar los clásicos y molestos pitidos de los conductores impacientes, por lo que vamos a tener que atribuir a la flor del cerezo propiedades y efectos especiales sobre los conductores, lo que nos ha sorprendido gratamente.

La evolución y desarrollo de este árbol frutal ha sido muy importante para la economía de la zona, que cuidan con esmero sus agricultores, y que al amparo de la misma se ofrecen macetas de cerezos, productos típicos y una hostelería que ha contribuido al desarrollo socioeconómico de todo el Valle del Jerte, al igual que de la zona de Jarandilla de la Vera y otras adyacentes, lo que es un mérito innegable de los jerteños y de la Junta de Extremadura como Administración, de lo que debiera tomar buena nota el próximo gobierno de la Xunta de Galicia, tema que trataremos en un próximo comentario.

Antonio Álvarez González
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