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Al margen de que existan discrepancias históricas acerca de su número, si procedían de Oriente o de Occidente, si eran reyes, o simplemente magos, en el sentido tradicional de “hombres sabios”, que si se orientaron a través de una estrella, o tal vez disponían de camellos provistos de GPS, lo cierto que es que dicha tradición bíblica se ha conservado hasta nuestros días, de forma especial en la cultura cristiana y en países de habla y tradición hispana, revestido de las pompas y vanidades propias de la sociedad actual.

El hecho de incorporar a tan ilustre séquito a un rey negro alejó cualquier sospecha de racismo. No así el recelo de alguna asociación de feministas que reivindican la presencia de una Reina Maga en dicha comitiva, tachándola de machista y retrógrada. Cosas de los tiempos.

En todo caso, lo cierto es que, en nuestra laica y descreída sociedad actual, el fenómeno de los Reyes Magos, alimentado por el consumismo y el derroche impulsado por las cadenas comerciales, se ha convertido en un acontecimiento festivo-religioso que festejamos anualmente en la fiesta de la Epifanía, inundando a la prole con los más variados regalos, de efímero uso y duración, e intercambiando entre los adultos corbatas, bolsos y otros artilugios textiles, con destino al llamado “fondo de armario”

reyes

Allá en la antigüedad, cuando yo era niño, la creencia en los Reyes Magos, real o fingida, se prolongaba generalmente hasta el ingreso en el Instituto, o era quebrantada anticipadamente por algún malvado que nos descubría que los Reyes eran en realidad los Padres. Cuentan que en algunos casos la creencia en los Reyes se prolongaba hasta la incorporación del mozo al servicio militar, donde era despojado, con el regocijo de la tropa, de su candorosa inocencia. 

Actualmente en esta sociedad desestructurada y digital, en muchos casos, los padres han traspasado generosamente a los abuelos el noble ejercicio de Reyes Magos. Aún cuando puede darse la paradoja de que un republicano adulto y consumado siga celebrando la fiesta con denodado entusiasmo, no sabemos si con ánimo de dar o quizá de recibir algún presente.

En todo caso, la sorpresa, la alegría y la sonrisa de un niño al descubrir junto a su pequeño zapato los esperados regalos de Reyes, justifica sobradamente la pervivencia y buena salud de dicha celebración anual. 

José Ramón Vázquez Liñeiro

 Link a la página de FB con un pequeño cuento y peticiones de los Reyes Magos y de CyN para el año 2015:

https://www.facebook.com/pages/Asociacion-Casta%C3%B1o-y-Nogal/77062553646

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