Hemeroteca del 14 julio, 2025

Cada verano, miles de hectáreas arden en Galicia, Castilla y León, Andalucía, Cataluña, el Valencia y el sur de Francia. Aunque se aluda al cambio climático, la causa principal es otra: la ausencia de planificación forestal territorial y la continuidad de un modelo basado en monocultivos intensivos, sin diversificación, prevención ni control.

Los datos son elocuentes: la mayor parte de los grandes incendios se originan en zonas forestales sin ordenación previa, con continuidad de combustible, pendientes pronunciadas y acceso limitado. Estos factores, combinados con la proliferación de especies pirófitas (que resisten a la presencia del fuego), convierten cada verano en una tragedia anunciada.

Desde CyN denunciamos esta falta de racionalidad técnica y legal. En ningún otro ámbito se permite ocupar el 100 % del suelo sin evaluar accesos, pendiente, continuidad del combustible, proximidad a viviendas o dotaciones hídricas para extinción. Lo que sería inadmisible en urbanismo —levantar barrios sin calles, sin zonas verdes ni reservas públicas— sigue hoy permitido en nuestros montes y entornos rurales.

La falta de planificación forestal no es un olvido: es una forma institucionalizada de negligencia con consecuencias humanas, ecológicas y económicas.

Urbanismo forestal: principios de una estrategia preventiva

Desde CyN proponemos una reforma inspirada en el planeamiento urbanístico, integrado y responsable, ya vigente en Europa, que incluya:

  • Prohibición de plantaciones monoespecíficas continuas al 100 %.

  • Reservas obligatorias de cortafuegos y corredores ecológicos.

  • Diversificación de especies autóctonas y baja carga pirófila.

  • Distancias mínimas: 300 m a viviendas, 1 km a núcleos rurales.

  • Seguro obligatorio de responsabilidad civil y ambiental.

  • Mantenimiento anual e inspección pública con capacidad sancionadora.

  • Infraestructura hidráulica permanente para medios terrestres y aéreos.

Estos principios ya se aplican en el planeamiento urbanístico, que impone cesiones obligatorias para calles, zonas verdes y equipamientos. La lógica del urbanismo debe inspirar también la ordenación del medio forestal, adaptada a su realidad ecológica y social, en dónde las administraciones públicas competentes consideren, conforme a normas de legal aplicación, aptas para plantar.

Este marco se apoya en un principio clave: la socialización del aprovechamiento del suelo forestal, incluyendo fincas privadas y montes comunales. La gestión del bosque no puede dejarse al interés individual, sino ordenarse como espacio de interés público aprovechable desde la iniciativa privada y pública. Solo así es posible compatibilizar sostenibilidad, seguridad y resiliencia rural.

La experiencia comparada muestra que donde se aplican estos principios —como en determinadas regiones de Francia o en zonas rurales del centro de Europa— el número, la extensión y el impacto de los incendios se reduce de forma sustancial. No se trata de inventar nada nuevo, sino de aplicar lo que ya funciona allí donde la política forestal se toma en serio.

Propuestas legislativas desde CyN

Para evitar más incendios devastadores y proteger la vida rural, CyN propone:

  • Ley Orgánica Estatal de Planificación Forestal Preventiva.

  • Implementar y aplicar la Directiva Europea contra incendios forestales rurales, en línea con el Acuerdo de París y el Reglamento UE 2023/1115.

  • Prohibición de especies pirófitas a <1 km de zonas habitadas.

  • Planes locales de ordenación, auditados externamente.

  • Presupuestos con trazabilidad, control técnico y eficacia comprobable.

Estas medidas deben tener rango legal y aplicación obligatoria, para que el territorio deje de depender de decisiones voluntarias o de interpretaciones administrativas. La prevención estructural no puede quedar a merced de la voluntad política coyuntural ni de obstruccionistas al desarrollo sostenible, como espacio de interés general y/o público.

No basta con recomendaciones técnicas. Es necesario dotar a las administraciones de un marco jurídico fuerte y a los territorios de instrumentos eficaces para aplicar una planificación activa, preventiva y justa, que sea plenamente operativa y controlen los parlamentos autonómicos, que también habrían de escuchar a agricultores, ganaderos apicultores y técnicos relacionados.

Epílogo desde Os Ancares

La propuesta de CyN nace del conocimiento, experiencia profesional y gestión directa de dirigentes de la asociación en el territorio y ámbito del medio ambienit6e: desde Quintá de Cancelada y la ruta del Donsal, donde el abandono se combate con resiliencia, y la selva incendiaria se puede transformar en paisaje vivo y patrimonios locales en pilar de desarrollo local, con ordenación, planificación y conciencia colectiva.

El contraste entre los paisajes bien gestionados y los arrasados por el fuego es evidente para quien camina estas tierras. Donde hay diversidad, hay humedad. Donde hay caminos conservados y agua, hay tiempo de reacción. Donde hay comunidad activa, hay contención.

Los incendios no se apagan con discursos. Se evitan con planificación, diversidad forestal, agua y control público.

Invitamos a abrir este debate sin tabúes en Galicia, España y la UE. El bosque no es solo un recurso: es parte del modelo de vida que queremos defender desde CyN.

Esta propuesta no nace desde moquetas ni desde gabinetes: nace desde Quintá de Cancelada y la ruta del Donsal, en Os Ancares lucenses, donde el abandono es rutina y la resiliencia es supervivencia.

Desde CyN invitamos a instituciones, ciudadanía y medios a abrir este debate sin tabúes en la UE, España y Galicia, El rural y el bosque merecen una política forestal digna del siglo XXI, que no hay.

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