Vecinos de tres parroquias, con 18 aldeas de Becerreá exigen más atención para las gentes de la zona rural
La asociación Castiñeiro e Nogueira denuncia un trato discriminatorio por parte de las administraciones

Subsanar obras mal ejecutadas en pistas; crear un Centro de Día y un multiusos en el inmueble de la vieja escuela; ampliar el número de contenedores de basura; acondicionar y asfaltar los caminos y accesos a las casas; dotar de saneamiento a las aldeas; mejorar las traídas de agua y también la cobertura de móvil y la conexión al fax y a Internet son las principales exigencias que un grupo de vecinos de las parroquias de Quintá de Cancelada, Sevane y Vilamane, pertenecientes al ayuntamiento de Becerreá y agrupados en la asociación Castiñeiro y Nogueira, han hecho llegar a las diferentes administraciones, a las que les exigen que terminen con el trato desigual y discriminatorio que hasta ahora han dispensado a los que residen en el medio rural.
Miembros de esta asociación, creada el pasado mes de agosto, dieron cuenta ayer de sus demandas y se quejaron de la desidia y dejación de diferentes administraciones, desde el Ayuntamiento de Becerreá hasta la Consellería de Medio Rural y la Xunta de Galicia, pasando por la Diputación Provincial. En cambio agradecieron la respuesta del Parlamento de Galicia, del Gobierno de España y de la Casa Real.
Según puso de manifiesto uno de los integrantes de la asociación, Iván Gómez, natural de Quintá de Cancelada pero residente en Barcelona, «para poder vivir en el medio rural se necesita algo más que paisaje». Dentro de las carencias en infraestructuras y servicios que estas parroquias de Becerreá padecen destacó que no tienen biblioteca, ni instalaciones deportivas, ni un centro de ocio, por no hablar ya de la conexión a Internet. Añadió además, que en un ayuntamiento con una renta per cápita de 9.000 euros la Administración no puede pretender que sean los vecinos los que se costeen todos esos servicios.
Maleza de hasta cuatro metros
Para poner de manifiesto la falta de atención de las diferentes administraciones hacia estas aldeas a lo largo de los últimos años, desde la asociación manifestaron que la parroquia de Quintá de Cancelada sólo cuenta con dos contenedores de basura y que la primera pista que llegó al pueblo data de 1.987. Igualmente denuncian que hay zonas en las que la maleza supera los tres metros de altura, con el peligro que eso conlleva para algunas viviendas en caso de que se produzca un incendio. En este sentido, señalaron que son los propios vecinos los que tienen que rozar cuando vienen de vacaciones para poder acceder a sus casas.
Las quejas de los integrantes de la asociación Castiñeiro e Nogueira se refieren también a la falta de inversiones en las parroquias en las que residen. Así, según explicaron, la única ayuda europea que han recibido fue para el pintado de la antigua escuela de Quintá de Cancelada. Es por ello que demandan que en los presupuestos de los años 2009 a 2001 se consignen partidas para poder ejecutar las obras que piden.
En contraposición a la falta de una política coherente de desarrollo socioeconómico, desde esta asociación plantean su apuesta por productos que podrían estarse dando aquí y que se están importando de otros países, como es el caso de la madera.
Ante estas peticiones que consideran más que justificadas, los miembros de Castiñeiro y Nogueira se muestran dispuestos a movilizarse e incluso a llevar sus peticiones al Parlamento Europeo.

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