Los líderes dieron su mitin y ahora los delegados, representantes y técnicos tendrán que escribirla novela “que guste”, previas llamadas a sus jefes.

La metodología tendría que ser al revés: primero trabajo técnico permanente y luego acuerdo político en la cumbre de la Conferencia de Glasgow.

El último día de la Conferencia de Glasgow no deparó sorpresas favorables para combatir el cambio climático, el CO2 y el metano, salvo la inesperada declaración conjunta de Estados Unidos y China, en la que prometen aumentar su cooperación climática en la próxima década…, sin compromiso efectivo y con el agravante de desconocer la posición de los que gobiernen ambos países dentro de diez años.

Los informes, alertas y datos derivadas del cambio climático recordadas a los líderes y delegados de los países y gobiernos presentes en Glasgow del secretario general de la ONU, Antonio Gutiérres, ya invocadas en el comentario anterior, y del presidente de la COP 26, Alok Sharma, tratando de concienciarles sobre efectos, causas y dilema en que nos encontramos del cambio climático como

  • Los seis años transcurridos desde el Acuerdo de París han sido los seis años más calurosos de los que se tiene constancia.

  • Nuestra adicción a los combustibles fósiles está llevando a la humanidad al borde del abismo.

  • Nos enfrentamos a una dura elección: O lo detenemos, o nos detiene a nosotros. 

  • Es hora de decir: basta.

Es altamente preocupante para la sociedad civil y para una asociación medio ambiental como Castaño y Nogal que de los 197 países finalmente participantes en la Conferencia de Glasgow sólo 40 se comprometan –en período de cumbre climática- a reducir gradualmente el uso del carbón en la COP26, pero no los países más contaminantes, según la información publicada por la cadena de televisión BBC, coincidente con la de otras fuentes consultadas.

Como nos temíamos, alertamos, pedimos y publicamos en los sitios web y red de FB de Castaño y Nogal, en Glasgow se han vuelto a repetir las posiciones “archipiélago” del problema del cambio climático pero no se ha afrontado ni siquiera concretado lo que habría que hacer a 30 años vista, con el agravante de que hasta los países más contaminantes no consideraron ni valoraron el coste multimillonario de las arcas públicas y privadas por contaminar en forma de:

  • Desastres naturales,

  • Incendios forestales,

  • Pérdida de vidas humanas y riesgos para la salud y calidad de vida,

  • El equilibrio ecológico y la biodiversidad,

  • Patrimonio histórico, natural, cultural, empresarial, familiar y personal de los ciudadanos,

  • Desplazamiento y migraciones de los afectados y se quedaron sin nada,

  • Empobrecimiento y dolor de los más pobres, entre otros.

Los acuerdos políticos paralelos y parciales de los países más comprometidos con el problema han dado un cierto impulso a la acción, no dejan de ser islas de compromiso común del Planeta, pero en su mayoría son acuerdos voluntarios, de muy baja ambición, que contienen pocos planes tangibles para lograr reducciones ambiciosas de las emisiones en la práctica, que es lo que realmente se necesita.

Una vez que los líderes de los países participantes se han ido, comienzan las negociaciones sobre el texto del acuerdo oficial que saldrá de Glasgow, con mucho por hacer y extraordinaria presión política y económica de los países y comunidades más afectados por la crisis climática.

El objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 grados parece que se mantendrá, pero descuelgues, y falta de concreción en cuestiones esenciales como:

  • Financiación del clima.

  • Bosques

  • Metano.

  • Asociación para la Transición Justa – Firmada entre Francia, Alemania, Reino Unido, Estados Unidos y la UE, para apoyar una transición justa hacia una economía baja en carbono.

  • Declaración de la Transición Global del Carbón a la Energía Limpia y Powering Past Coal Alliance: 40 países y algunos bancos se han comprometido a eliminar el carbón, con un horizonte de 2030 y 2040, según grado de desarrollo y de potencia económica.

Otra ocasión más perdida para afrontar el problema del cambio climático, del CO2, del gas metano y otros agentes para la vida del Planeta, mares, océanos, círculos polares, bosques, el hombre y las políticas de prevención frente a un problema que no tiene fronteras y sí perjudicados en todo el mundo.

Desde Castaño y Nogal responsabilizamos de la falta de acuerdos en los compromisos concretos a la propia ONU, al país organizador de la Conferencia de Glasgow y a quienes diseñaron la metodología de trabajos de preparación y dirección de los debates.

Mucho avión para líderes, gobernantes y delegados para ir a Glasgow y resultados pobres de una cumbre que pudo generar esperanza a los más de 7.000 millones de hombres y mujeres que habitamos en el Planta y no lo hizo, lo que no nos libera a las ciudadanas y ciudadanos de nuestras responsabilidades individuales y colectivas, para no empeorar aún más el problema y desastres del cambio climático.

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